Voluntariado, una forma extraordinaria de aprender idiomas

El voluntariado internacional es una buena forma de ayudar a aquellas personas que lo necesitan, ya sea en labores humanitarias que tanto hacen falta en determinadas zonas del planeta, como en granjas ecológicas o cualquier otro tipo de trabajos que nos permiten visitar nuevos países y aprender sobre nuevas culturas. Viajar y ayudar son los dos principales objetivos del voluntariado internacional, pero a consecuencia de ellos, podemos tener otros grandes beneficios para nuestro futuro vital y laboral. Uno de los más evidentes es el de aprender un nuevo idioma, colaborando en algún país extranjero en el que se hable inglés, francés, alemán o cualquier otra lengua.

Aprender un idioma que no sea el nuestro es hoy en día algo que deberíamos hacer todos. En un mundo tan globalizado como el actual, en muchos empleos se exige que dominemos otra lengua aparte de la materna. Especialmente el inglés, que está muy requerido en varios sectores, así como el alemán, que es muy útil para los ingenieros y es otro de los idiomas «de moda» en nuestro país, por haber tantos jóvenes que están pensando en emigrar a Alemania en busca de un futuro mejor. Aprender un idioma es algo que se vuelve cada vez más necesario, y aunque aquí tenemos academias, clases y cursos de estas lenguas, nada puede compararse a vivir el propio idioma y hablar y escucharlo las 24 horas.

Está claro que estar en un país diferente es complicado si no conoces el idioma ya de por sí, pero es precisamente ese deseo de subsistir el que nos lleva a aprender más rápido la lengua local, para poder sobrevivir en un sitio en apariencia inhóspito. La realidad tampoco es tan dura, y teniendo un nivel básico de la lengua podemos irnos de voluntarios casi a cualquier país, y mejorar allí nuestras pretensiones, eso sí, siempre dejando claro a la asociación o a las personas que nos acogen que nuestro nivel de su idioma no es perfecto. Mejor avisarlo y no mentir sobre esto, puesto que luego puede dar lugar a malentendidos innecesarios.

De hecho, en Helpx y Workaway hay muchísimos host a los que no les importará darte unas clases especiales de inglés, francés, alemán o el idioma que dominen, para que puedas aprender mucho durante tu estancia allí como voluntario. Algunos de ellos son de hecho profesores homologados de estas lenguas, y será como tener clases particulares totalmente gratuitas, siempre que colaboremos ayudando en lo que necesite, a cambio también de comida y acomodo en su casa, como está estipulado en estas plataformas.

En cuanto a la otra forma de voluntariado que ya os hemos presentado, el Servicio de Voluntariado Europeo, las organizaciones de destino están obligadas a darnos un curso intensivo del idioma en el que vayamos a trabajar, según el país en el que estemos destinados. El curso suele durar un par de semanas, y aunque será relativamente básico, nos ayudará a tener algo sobre lo que comenzar nuestra andadura en ese país. A lo largo de los meses iremos aprendiendo mucho más del idioma, ya que trabajaremos siempre con él, codo con codo con profesionales que lo utilizan como lengua materna todos los días. No nos quedará más remedio que aprender, es así.

El voluntariado, pues, se puede entender también como una oportunidad única de aprender un idioma mientras estamos colaborando en proyectos ecológicos y sociales, a la vez que descubrimos nuevos países y culturas. Una cosa es aprender el idioma de manera ortodoxa, a través de clases y cursos, y otra muy distinta es vivir el idioma en el sitio donde lo hablan desde hace siglos, con gente que puede ayudarnos mucho a mejorar nuestra pronunciación, una de las claves para saber hablar bien una lengua.

En este sentido, conviene sin duda tener cierta base del idioma, para no partir de cero, porque entonces si que será imposible hacernos entender, pero esta alternativa es magnífica para aquellos que llevan ya un tiempo estudiando una lengua y han llegado a un nivel bastante aceptable en cuanto a la gramática, pero necesitan mejorar su dicción y el entendimiento del inglés, francés, alemán o cualquier otra lengua, a través de la conversación. Y pocas veces encontraremos más conversación con gente nativa de un país que viviendo con ellos, trabajando con ellos y siendo parte de su familia. Y además, sin gastarnos un dineral, solo trabajando a cambio de comida y alojamiento.

Así pues, el voluntariado es una opción muy interesante para todos aquellos que quieran aprender una lengua de forma única, conviviendo con ella y empapándose durante meses en conversaciones con gente nativa. Además de ser muy útil, es una opción barata, ya que no se nos cobrará por las «clases», ni por el acomodo y la comida. Todo entra dentro del acuerdo de voluntario, por el cual trabajaremos a cambio de hospedaje, y de paso, de conocer estas lenguas que tanto nos pueden ayudar en nuestro futuro.

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